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Los vinos de Valdepeñas: Los caldos de don Quijote

La zona vitivinícola de Valdepeñas gana año a año proyección internacional como resultado del gran nivel que han alcanzado algunos de sus vinos. Los tintos Reserva o Gran Reserva son una buena oportunidad para probar la excelencia de sus bodegas con una relación calidad/precio difícil de igualar.

“Con pan y vino se hace el camino, amigo Sancho”, le decía don Quijote de La Mancha a su fiel escudero. Y cuando el caballero de la triste figura decía vino quería decir vino de Valdepeñas.

La Denominación de Origen Valdepeñas está situada, efectivamente, en la comunidad de Castilla-La Mancha, la tierra de origen del famoso hidalgo y donde vivió muchas de sus aventuras.

Hoy en día esta tierra es una de las zonas vitivinícolas más importantes de España, la segunda en volumen de producción solo superada por La Rioja.

 

DO Valdepeñas

DO Valdepeñas

La Mancha es un lugar de clima extremo, con máximas de 40ºC y mínimas de -10ºC, una tierra que incluso los conquistadores árabes consideraban yerma e improductiva; pero no es así ni mucho menos.

Las nudosas vides de la mancha apenas levantan del suelo para soportar las oscilaciones térmicas del día a la noche y a lo largo del año, y su productividad es baja. Sin embargo el sol permanente de esta tierra da lugar a una uva de muy buena calidad, una uva con una maduración perfecta, que permite producir vinos fuertes de buena gradación alcohólica y gusto aterciopelado.

En el pasado los Valdepeñas eran considerados los vinos de mesa de los españoles; unos vinos rotundos para el consumo diario.

Pasado el tiempo los viticultores de Valdepeñas se han esforzado en producir vinos de calidad, abandonando progresivamente los vinos de mesa, y poniendo en el mercado caldos con Denominación de Origen Protegida, envejecidos en barrica y que en el caso de los Reserva y Gran Reserva alcanzan su máximo grado de excelencia.

Los Valdepeñas Reserva (periodo mínimo en barrica de 12 meses) y Gran Reserva (periodo mínimo en barrica de 18 meses) son vinos de color intenso, granate o rubí, olfativamente intensos y complejos, y de gusto aterciopelado y largo postgusto.

Son ideales para degustar con cualquier pieza de caza, u otras carnes sabrosas, como el cordero o el pato, y también con quesos curados.

Una propuesta especial de maridaje, que puede proporcionar una experiencia gastronómica intensa, es unir su degustación a los platos tradicionales de La Mancha, como las migas con chorizo o el pisto manchego.

Sin hacer de menos a los vinos de Rioja o de Ribera de Duero, muy conocidos y apreciados internacionalmente, un buen Valdepeñas elegido con acierto puede ser un poderoso rival en la mesa.